Chechén y Chaka: La leyenda viva entre los árboles de Yucatán
Chechén y Chaka: La leyenda viva entre los árboles de Yucatán
En los rincones más antiguos de la selva maya, donde la humedad dibuja nieblas entre raíces y piedras, dos árboles crecen juntos como si el destino los hubiese atado para siempre: el chechén y la chaka. Pero esta no es solo una coincidencia botánica. Es una historia de contraste, castigo y redención que ha sido contada por generaciones en Yucatán.
El chechén: el árbol que quema
El chechén (Metopium brownei) es un árbol de tronco oscuro y elegante que, a simple vista, no revela su peligro. Sin embargo, su savia es venenosa y provoca una fuerte irritación al contacto con la piel: ardor, ampollas y una reacción muy similar a una quemadura. Por eso, muchos lo conocen como el “árbol que llora veneno”.
Los antiguos mayas aprendieron a temerlo, pero también a respetarlo. Sabían que, en la naturaleza, lo bello puede ser letal. Por eso el chechén se convirtió en símbolo del rencor y el castigo.
La chaka: el árbol que cura
Justo al lado del chechén, como si lo vigilara o lo calmara, suele crecer la chaka (Bursera simaruba). A este árbol se le conoce también como “indio desnudo” por su corteza rojiza que parece piel humana. La chaka no solo es inofensiva: su savia tiene propiedades curativas. Los mayas la usaban como remedio natural para las quemaduras… incluyendo las causadas por el chechén.
Esta relación de antagonismo y equilibrio dio pie a una leyenda ancestral.
La leyenda maya: dos hermanos enfrentados
Según la tradición oral, dos hermanos guerreros mayas fueron convertidos en árboles como castigo por los dioses: uno, cruel y despiadado, fue transformado en chechén; el otro, compasivo y noble, se convirtió en chaka. Desde entonces, el destino los condenó a crecer uno junto al otro, en un eterno equilibrio entre daño y sanación.
Este mito no solo enseña sobre la dualidad de la naturaleza, sino también sobre la necesidad de balance entre el bien y el mal, entre lo que daña y lo que cura.
Naturaleza con mensaje
Hoy en día, ver un chechén junto a una chaka en los senderos de Valladolid o en los cenotes escondidos de la región es más que un espectáculo natural: es un recordatorio de que incluso las heridas más profundas tienen un remedio cerca. La sabiduría maya vive en cada rincón de nuestra selva.
¿Dónde verlos en Valladolid?
En Valladolid y sus alrededores, puedes encontrar estos árboles en:
• El Parque Ecológico de San Felipe
• Cenote Xkekén
• Senderos de Ek Balam
• La reserva de Ría Lagartos (más al norte)
Recuerda: si ves un árbol de tronco oscuro y corteza discreta, ¡no lo toques! Puede ser un chechén. Pero si encuentras una chaka cerca… ya sabes qué hacer.
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